¿Existe una pregunta vacía?
Creo que fue en la primavera, no la última, ni la anterior, sino aquella de la que puedo decir que algo se abrió y creció para recibir el verano. Fue al abrirse lo que se había cerrado y se había mantenido oculto para macerar.
No era el invierno un tiempo de empobrecimiento, esto supe: era de concentración. Pues nada se había perdido sino sólo dispuesto de otro modo.
Libélulas. Un hombre sostiene una y la mira fijamente. ¿Qué misterio hay en lo que vive? El vacío. Azul como los insectos. Desaparecen sin hacer ruido. Están vacíos.
Otra vez una palabra, y una acción, no sé si imposible: vaciar. Retomar un texto para ir vaciándolo. ¿Totalmente? No. Sólo absolutamente. Despojarlo de lo que no es. Metamorfosis inversa, crisálida de la que nada nace: escribir.