2 de abril de 2018

Ofrendas olvidadas

Sin centro. A la espera de un signo, cualquiera, hacia adelante en la senda. Un pájaro la cruza vaciando el aire. Lo invisible, dijiste, también ofrece resistencia. El pájaro se posa. Su vuelo precede al canto. ¿Es esto una señal? Bajo la cumbre inaccesible, dejamos todo al borde del camino: todo, salvo una imagen.

El extranjero no suele hacer preguntas. Camina pensativo por reflejarse en las cosas. Su visión, proyección densa, recorre los relieves. Madrigueras, piedras, sus discretos moradores. La opacidad ahora resiste a la mirada: como el vuelo, cruza la senda, precede al canto. 

Alguien no está. Solo hay un cuerpo, abierto, y un brotar que no es del mundo. Se olvidan las ofrendas para recibirlas más tarde otra vez. Lluvia nocturna. Humedad. Ser sensible al sonido de los pastos alzándose en el campo. La naturaleza no dicta ninguna afirmación.